martes, 4 de diciembre de 2007

Nadie se calla en Venezuela

Néstor Morales T.


El triunfo, estrecho pero triunfo, de la opción NO en el referéndum que pretendía reformar la Constitución en Venezuela es una olla con demasiados grillos como para sacar una sola conclusión firme, pero indica varias pequeñas cosas las que, como sabemos, hace más interesante al puercoespín que al zorro.

La oposición al Presidente Chávez posee un gran capital social: grupos de alta escala social, poseedores de los medios de producción dirá algún trasnochado; un enemigo común a derrotar para volver a imponerse (de todas formas qué es la democracia sino el gobierno de los aristócratas con anuencia del pueblo), pero nada hemos sabido de los intereses de tan diversos grupos que quisieran ver fuera del palacio de gobierno a Chávez, éste quizás sea el punto de inicio de las conversaciones sobre el futuro de Venezuela, antes que saber acerca de los aciertos o fracasos del presidente, lo importante será saber cuál es la otra opción.

Ya en referencia al referéndum, el resultado no señala un deterioro de la imagen de Chávez, no se trata de apoyar o no al presidente –como el mismo Chávez amenaza- sino que hay cuestiones en que las personas, socialistas, capitalistas, conservadores, tradicionalistas y liberales, al final del día, abrigan dentro de su intimidad respecto de los público. Ya Rawls explicaba que en un estado de naturaleza imaginario en que un velo de ignorancia sobre lo futuro nos cubriera, sin dudas que las personas optaríamos por un acuerdo que poseyera un mínimo de cuestiones a respetar: Todos tener opción a la toma de decisiones, a ser elegidos como líder y a tener un mínimo de derechos civiles. Así, la tesis de Chávez para la reforma a la constitución implicaba grandes cuestiones sociales que daban forma al socialismo o a la vida buena, democrática y participativa que muchos hemos soñado alguna vez, pero también deseaba incorporar dentro de este panorama amplio de participación una contradicción lógica, una falacia si se quiere, esto es, permanecer en el poder indefinidamente.

Los Venezolanos, en sus grandes mayorías, no han rechazado el socialismo, se quiere éste inclusive es posible afirmar, los excluidos, los alejados del poder han ganado posición con Chávez, son su gran capital los descamisados y hambrientos que hoy tienen acceso a la salud, a la educación y la vivienda digna pero tampoco quieren que se les regalen cosas a cambio de perder esta condición propia de polis, de sociedad, la libertad es ante todo un ejercicio contra el abuso de uno contra todos, el antídoto contra los malos gobernantes y, por más que deseen muchos años más para Chávez en el poder, no quisieran tenerlo un día más cuando fuese un mal gobernante para sus excluidos, incluso.

El futuro inmediato es el mismo de todos los días en Venezuela, la oposición acusa de intolerancia, el gobierno debe manejar la crisis de desabastecimiento, la oposición se queja de falta de libertades, el gobierno asegura entregarlas, en fin, lo importantes, esto es, lo que hay al fin en la olla de grullos se parece a la forma con que Homero habla en La Odisea en palabras de Zeus que exige para generar las paces luego de la matanza generada por Ulises pidiendo que, primero, reine Ulises por muchos años más. Siento que en Venezuela Zeus ha callado y ha hablado la ciudadanía, la polis, o al revés, según como quiera verlo usted.

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